Gestión del cambio organizacional
Los altos mandos de la organización enfrentan el continuo desafío de un medio cambiante que los obliga a introducir modificaciones en la estrategia para conservar e incrementar su posición en el mercado. El impacto de la globalización ha sido trascendental en esta cuestión dando lugar a lo que se llama la gerencia del cambio.
A fin de lograr los objetivos planteados en la planeación estratégica, así como el diseño de los cursos de acción es necesario tomar como punto de partida el diagnóstico de la situación de la empresa, así como tener una absoluta claridad de la visión y la misión organizacionales.
Otra cuestión relevante para los líderes del cambio será conocer en detalle cuáles son las relaciones que tiene la empresa con su medio y el cúmulo de subsistemas y vínculos internos. Los diagramas de redes neuronales entre otras herramientas de la administración de empresas contribuyen a tener una perspectiva global.
En este sentido, John P. Kotter señala las situaciones que se deben evitar cuando se llevan a cabo políticas de gestión de cambios (Universidad Pontificia Bolivariana, 2017):
1- Errores en la determinación del grado de urgencias:
El momento en el que se logran establecer cuáles son las posiciones de competitividad de la empresa dentro de la industria, la región o el nicho de mercado, la adecuada actualización de las tecnologías productivas utilizadas, factibilidad de desarrollo financiero, etc.
2- Falta de creación de un equipo de trabajo de conducción poderoso:
Es necesario que quienes promuevan el cambio lo realicen en forma cohesionada, que estén dispuestos a conducir al resto con un estilo de liderazgo participativo, mostrarse unidos en cuanto a los objetivos planteados y las metodologías de trabajo, de modo tal que la percepción del resto de la organización sea positiva y fuerte.
3- Falta de visión:
Es altamente probable el fracaso en la instrumentación del cambio si no se tiene claridad respecto del horizonte al cual nos dirigimos. Para ello habrá que tener claras la visión y la misión, a fin de plantear correctamente la estrategia y poder transmitirla a toda la organización. Todo ello recordando que quienes conducen generalmente son los altos mandos organizacionales.
4- Falta de comunicación:
Las habilidades en la correcta transmisión de la información, así como su flujo de circulación resultan esenciales en la gestión del cambio ya que los errores en este punto conducen al fracaso de la instrumentación de los cambios. Es por ello que se debe contemplar la adecuada capacitación de todos los miembros de la organización, a fin de involucrarlos en la importancia de los cambios que se requiere introducir.
5- Omitir la eliminación de todo aquello que provoque obstáculo:
A fin de poder garantizar el éxito en la implementación del cambio, como así también en las etapas anteriores y posteriores se deben eliminar todo tipo de resistencias a
través del diálogo, el consenso y las herramientas de difusión de la información, de modo tal que todos los niveles organizacionales se encuentren convencidos de la necesidad de instrumentar cambios y contribuyan a ello.
6- Falta de sistematización:
La implementación de los planes y programas requieren que se encuentren debidamente sincronizados y documentados, respondiendo a un orden correlativo.
7- Considerar que se alcanzó el objetivo anticipadamente:
No resulta conveniente efectuar celebraciones con excesiva antelación. Los resultados deben medirse y brindar el tiempo necesario a cada etapa, considerando que cada entidad tiene sus características particulares en cuanto a los procesos de acción y reacción, por lo que alcanzarán las metas en forma particular.
8- Falta de consolidación:
Todo cambio produce un verdadero impacto en la cultura y estructura organizacional, formal e informal, es por ello que se debe trabajar para que los nuevos parámetros de trabajo se consoliden como una base sólida sobre la cual se desarrolle el crecimiento futuro.
9- Considerar las percepciones:
Dejar de tomar en cuenta cómo perciben el cambio dentro y fuera de la organización constituye un verdadero escollo en el éxito del plan estratégico implementado. Los líderes que conducen a la organización deben tener la capacidad de inferir las percepciones del entorno respecto de la organización y cuál será el impacto de los cambios introducidos. Ello es trascendental ya que se traducirá en un mejor posicionamiento de la empresa en el mercado, en la industria y también en la región en la que ejerce su influencia. Otra cuestión será la percepción de los miembros de la organización, por lo que se debe trabajar en el marco de un espíritu colaborativo y consciente de la importancia de la mejora continua y la instrumentación de los cambios necesarios en la forma de hacer las cosas. La cohesión de objetivos particulares y organizacionales, la capacitación, el mayor empowerment, serán algunos de los elementos a considerar para lograr el éxito.