Estilo de liderazgo en instituciones educativas: ¿ cuál elegir?

¿Qué es el estilo de liderazgo?

El estilo de liderazgo en las instituciones educativas y en toda organización reviste una especial importancia. Esto es así porque de él dependerá el éxito o fracaso en la implementación de las políticas de gestión. Asimismo, cualquier introducción de cambios tendrá un impacto importante en la estructura y cultura organizacionales. Por consiguiente, será todo un desafío para el líder la aceptación de las nuevas formas de trabajo.

En este sentido, se puede afirmar que el estilo de liderazgo es la forma que quienes ejercen el liderazgo logran alcanzar sus objetivos. En el caso particular de las instituciones educativas, tiene por finalidad la formación de personas en pro de una meta en común. Por otra parte, permite adquirir el aprendizaje necesario para la realización personal y profesional. Sus inicios se registran en los niveles básicos, evolucionando hacia los más elevados, a lo largo del proceso de formación.

Estilo de liderazgo: tipos

En las organizaciones no existe una única manera de liderar los grupos, ya sea de trabajo, estudio, deportes, etc. Por lo que, se puede afirmar que existen diferentes tipos de estilos de liderazgo. En las instituciones educativas casi no se hace referencia a la existencia de un líder, ya que quizás no se lo asocia a la actividad propiamente dicha, sino se lo considera un concepto económico o del campo de deportes. Sin embargo, Goleman plantea la siguiente clasificación de estilos de liderazgo con sus características distintivas:

Autoritario:

Sus principales rasgos distinguen la visión futura, motivación continua de los estudiantes, importancia de la tarea, etc. También se caracteriza por un planteo claro hacia los estudiantes en cuanto al objetivo y la recompensa por los resultados. En contraste, no es aconsejable cuando los niveles de conocimiento de educandos y docentes son muy similares o en casos de abuso de la autoridad que impone.

Coach:

En este caso se trabaja en la conciencia de las fortalezas y debilidades del estudiante, estableciendo las metas personales y profesionales. Proporciona feedback en forma continua, delegando tareas y tomando el error como fuente de conocimiento. Su éxito se encuentra limitado a la manifestación de voluntad de aprendizaje del educando y a su motivación.

Conciliador:

Este tipo de estilo de liderazgo pone por encima de las tareas a las emociones, primando un buen clima, dando relevancia a la lealtad. Asimismo, promueve el equilibrio, armonía y moral del estudiante. Concede autonomía en el aprendizaje. En contraste, las fallas se presentan ante el abuso de los elogios, o cuando las soluciones del docente no se perciben como adecuadas por parte de los alumnos.

Democrático:

El líder invierte gran parte de su tiempo en obtener la mayor cantidad de información posible respecto a las ideas del grupo. Con ello lo que se busca es lograr el respaldo del estudiante. Su finalidad principal es lograr la confianza, el respeto y el compromiso de los miembros del grupo. El clima de trabajo en el aula es flexible, con exigencia de responsabilidad en el trabajo. A pesar de ello, no resulta conveniente su aplicación en ocasiones en que no existe celeridad en el logro de los objetivos debido al excesivo pluralismo de ideas. Otro obstáculo en su aplicación consiste en los resultados negativos para el logro de la cohesión, también debido al exceso de participación.

Ejemplarizante:

Estos casos se plantean para docentes de alto rendimiento, donde prima la exigencia obsesiva por tareas realizadas con rapidez y de alta calidad. El docente que se encuadra en este tipo de estilo de liderazgo se caracteriza por la claridad que tiene en sus ideas, aunque adolece de las dificultades para transmitirlas. Las asignaciones suelen ser reiterativas, bastante mecánicas. No es abierto a la diversificación. En consecuencia, resulta aplicable a grupos de estudiantes homogéneos, motivados, y que requieren poca atención individual.

Coercitivo:

Se destaca por la falta de flexibilidad y la concentración de las decisiones en manos del docente. Las sugerencias y el espíritu crítico no tienen espacio en este caso. Los aspectos negativos no motivan al grupo. Es de utilidad su aplicación cuando se necesitan implementaciones de cambios radicales o ante una emergencia puntual.

Estilo de liderazgo: ¿ cuál es el mejor?

Una vez conocidas las opciones en materia de estilos de liderazgo, es necesario determinar cuál es la mejor de ellas. Cada una de las alternativas permiten al lector identificarse de alguna manera con alguna o varias.

Para poder inclinar la balanza hacia uno u otro estilo de liderazgo es necesario evaluar diversos factores que inciden en el comportamiento de los individuos y del grupo. Precisamente, el buen líder tendrá la capacidad de percibir el comportamiento de sus alumnos y adaptar su manera de impartir la enseñanza a la respuesta obtenida.