¿Qué son los objetivos de aprendizaje?
Uno de los mayores desafíos de la didáctica es establecer cuáles son los objetivos de aprendizaje. Su importancia radica precisamente en que constituyen la guía que conducirá al docente en la implementación del programa educativo. En general, se pueden definir como la relación que existe entre los cambios suscitados en los vínculos entre el educando y su medio, la perspectiva propia y la percepción del entorno. También, puede decirse que son un conjunto de destrezas y conocimientos que deben ser aprehendidos por los alumnos como producto de su proceso de aprendizaje.
En el proceso de planificación de la tarea de cada ciclo lectivo el docente debe tener un amplio manejo del plan de estudios, los temas a desarrollar y las estrategias más eficaces y eficientes de transmisión del conocimiento. En este orden de ideas resultará necesario que establezca cuál es el fin último a lograr, qué es lo que pretende de sus alumnos, qué habilidades deben aprehender luego del desarrollo del periodo educativo.
En consecuencia, los objetivos de aprendizaje, desde el punto de vista clásico se agrupan en:
1.- Aquellos que orientados a la mejora en las habilidades.
2.- Logro de nuevos conocimientos y marcos conceptuales.
3.- Crecimiento del espíritu crítico, buenos hábitos y valores de comportamiento humano.
Por otra parte, pueden distinguirse según su importancia, en generales y particulares.
En lo que se refiere a la medición del desempeño, cuando se trata de establecer la magnitud de conocimiento que se ha trasmitido al estudiante, resultarán de relevancia cuestiones cualitativas que se introducen en las siguientes áreas de aprendizaje:
– Factual: está constituido por los elementos que fundan una determinada materia.
– Conceptual: es el vínculo entre las cuestiones factuales o básicos que permiten el funcionamiento sistémico coordinado.
– Procedimental: incorpora las técnicas, métodos, pasos a seguir, etc.
– Metacognitivos: referido a la cognición general y particular.
Por su parte, habrá que considerar también las dimensiones del proceso de conocimiento, que se clasifican de la siguiente manera:
– Creación de un conjunto de elementos que integran un todo sistematizado y coherente.
– Evaluación a través el juicio de valor estandarizado en indicadores uniformes.
– Análisis de lo general a lo particular en un proceso de deconstrucción.
– Aplicación del proceso en cada situación particular.
– Comprensión del todo mediante el conocimiento del significado en la comunicación oral, escrita y gráfica.
– Recuerdo del conocimiento adquirido en un horizonte de largo plazo.
En conclusión, la redacción de los objetivos de aprendizaje se constituye en un verdadero sistema que actúa en forma ordenada, cohesionada y uniforme, cuya sinergia se traduce en el valor agregado o la externalidad positiva producida cuando el estudiante realiza el proceso de aprender y aprehender los conocimientos que le son impartidos por su docente. Asimismo, el correcto diseño y redacción de dichos objetivos permiten al decisor el control y seguimiento, además de proporcionar información para la toma de las medidas correctivas que resulten necesarias. Todo ello sin dejar de considerar que es el hilo conductor del ciclo lectivo, constituyendo una herramienta de vital importancia para el docente dentro y fuera del aula, como así también para los niveles directivos y la comunidad educativa en general.
Más de diez tips para la redacción de los objetivos de aprendizaje
Antes de establecer la mejor forma de diseñarlos corresponde conocer cuál es su importancia:
1.- Determinan el fin último del proceso de enseñanza aprendizaje.
2.- Son el instrumento de capacitación profesional que permite la incorporación de una serie de destrezas o habilidades.
3.- Exponen las competencias que adquirirá el educando como resultado del proceso educativo involucrado.
He aquí algunas estrategias para el desarrollo exitoso de los objetivos de aprendizaje.
1.- Uso de modos verbales en infinitivo para el comienzo de la oración.
2.- Factibilidad de medir. Establecer los indicadores de desempeño.
3.- Verificabilidad.
4.- Claridad, fáciles de interpretar sin inducir a errores.
5.- Contrastar con la realidad.
6.- Se refieren al saber, hacer, ser y estar (conceptos, habilidades y actitudes).
7.- En el caso del conocimiento, algunos verbos pueden ser: clasificar, señalar, analizar, comprender, distinguir, entre otros.
8.- Cuando se trata de destrezas, se puede comenzar con: establecer, elaborar, comparar, definir, crear, precisar, planificar , seleccionar, etc.
9.- En los inherentes a valores o conductas, son buenos comienzos: aceptar, cooperar, participar, respetar, colaborar, contribuir, renunciar, etc.
10.- Incluir un único verbo y un único resultado a alcanzar.
11.- Escribir en orden de prioridad.
12.- Revisar la correcta redacción mediante un checklist.
13.- Destacar la idea principal.
14.- Hacen hincapié en el resultado no en los métodos y acciones.
15.- Nunca se debe escribir en general.
16.- Utilizar terminología simple, comprensible por todos.
17.- Introducir diversas viñetas, sin repetir.