Definición de competitividad
Un término muy importante en la gestión empresarial es la competitividad. Desde un punto de vista semántico se la asocia a las acciones involucradas en la competencia, es decir, el verbo competir.
Por otra parte, desde la perspectiva técnica de la ciencia económica, la competitividad resulta trascendental en las organizaciones y en los países. En este sentido se la define como la capacidad que tienen para poder sobrevivir en el mercado.
Otro concepto que se relaciona a la competitividad es el de ventajas comparativas. Éstas constituyen todo el conjunto de recursos humanos, materiales y tecnológicos que hacen posible que la empresa o la economía se diferencie de las demás. En consecuencia, su relevancia es estratégica para el posicionamiento en el mercado, el logro de mejores resultados, y el crecimiento.
La búsqueda de competitividad implica el replanteo de las estrategias organizacionales, fundando en la experiencia previa y el know-how que se acumulan a lo largo de los años de vida del negocio. En este punto son de relevancia los roles de quienes conducen la entidad, los accionistas, los recursos humanos, las políticas estatales y aspectos psicosociales y culturales.
El planteo de la competitividad como objetivo del negocio constituye una de las decisiones que se toman en la alta gerencia. Es por ello que les compete a los más altos mandos al momento del diseño de la planeación estratégica.
Esta metodología permite la sistematización de las tareas y procesos necesarios que deben llevarse a cabo en todas las áreas organizacionales para el logro de los objetivos estratégicos.
La planeación estratégica debe ser concebida como una cuestión que depende de todos y cada uno de los sectores organizacionales. Si bien el impulso se inicia en los altos mandos, es responsabilidad de éstos ejercer el estilo de liderazgo adecuado para que los mandos medios y operativos contribuyan en el diseño de los procesos, planes y programas de control de gestión que permitan la mejora continua. El impacto de este tipo de medidas en la cultura y estructura organizacionales resulta trascendental para el éxito en la implementación de las medidas que sean necesarias para el cumplimiento de los objetivos estratégicos. Otros factores importantes son la dinámica de los grupos de trabajo y la presencia de líderes formales e informales.
¿Cuáles son los tipos de competitividad?
La competitividad empresarial suele clasificarse de la siguiente manera:
1- Interna:
Supone la habilidad de la organización para gestionar con eficiencia y eficacia los recursos de que dispone, de modo que se obtengan resultados económicos
positivos. En este sentido, se destaca la voluntad y el trabajo de todos los sectores de la entidad para alcanzar la mejora continua optimizando todos los procesos.
2- Externa:
Es aquella que se funda en el logro de resultados positivos en el entorno. En consecuencia, tiene una relación directa con el mercado en el que se encuentra inserta, conociendo acabadamente el funcionamiento de la industria, los procesos de I+D, entre otros. El arduo trabajo en el logro de la competitividad requiere que se desarrollen las estrategias necesarias para conservar en el tiempo las metas alcanzadas y mejorarlas en el futuro.
3- Del Estado:
En el caso en que es el estado quien se ocupa de la gestión de los recursos de un país, resulta necesario que desarrolle las estrategias necesarias a fin de lograr posicionarse en el contexto local e internacional. A diferencia de lo que ocurre en el sector privado, en este caso, la búsqueda de la competitividad dependerá de las políticas de quienes detentan el poder en el momento del tiempo de que se trate, como así también de la voluntad del pueblo de conservarlas, que se manifiesta a través de la expresión del voto.
4- Deportiva:
En este caso se refiere a las destrezas que permiten que un conjunto deportivo o un individuo se destaque sobre sus pares en una disciplina determinada. Incidirán en el logro de la competitividad deportiva las horas de práctica, los estudios de los adversarios, las capacidades individuales y grupales, la obtención de premios, etc.
Bases de la competitividad
Al igual que los cimientos en los que se construyen las edificaciones, la competitividad requiere de bases sólidas que le permitan su perduración en el tiempo. Tales bases fundamentales se encuentran en los siguientes puntos:
1- Innovar:
La búsqueda de la mejora continua conduce indudablemente a la renovación de los procesos, al estudio de nuevos productos y mercados, introducción de nuevas tecnologías, etc.
2- Emprender:
El dinamismo en la búsqueda de los mejores resultados se pone de manifiesto en la presencia de líderes emprendedores que trabajen en forma incansable para optimizar el logro de los objetivos estratégicos.
3- Financiamiento:
El apalancamiento financiero permite que la empresa disponga de los recursos necesarios para poder llevar a cabo todos sus proyectos, además de cubrir los déficits transitorios, y solventar el proceso de inversión.
4- Internacionalizar:
La exploración del mercado externo y el posicionamiento global resulta estratégica en el mundo de los negocios actuales en el que los recursos se encuentran dispersos en cualquier parte del globo.
5- Recursos Humanos:
La incorporación de personas proactivas, alineadas con los objetivos estratégicos organizacionales es esencial en el logro de la competitividad.