¿Cómo formular los criterios de evaluación?

¿Qué son los criterios de evaluación?

Para poder esbozar una definición de criterios de evaluación resulta menester establecer qué significado tienen las palabras “criterios” y “evaluación”. En este sentido, se habla de criterios cuando se determinan cuáles serán las normativas, reglas o pautas; mientras que, la evaluación será el proceso mediante el cual se ejecutará la acción de medir los indicadores. En síntesis, los criterios de evaluación serán las reglas con las cuales se realizará la medición del proceso de aprendizaje alcanzado. Por lo cual, serán los que definen el grado de conocimiento esperado como consecuencia del proceso de enseñanza – aprendizaje.

Por otra parte, J. Moon afirma que “un criterio de evaluación define y delimita la calidad de la ejecución que mostrará que un alumno ha alcanzado un estándar concreto, mucho más que un resultado de aprendizaje”. Según este concepto, se puede decir que trasciende la mera memorización de conocimientos, para internalizarlos con espíritu crítico, es decir, fomentar la capacidad de aprehender.

Su importancia radica en que contribuye a la tarea del docente permitiéndole el estudio y control de los resultados obtenidos. Por tanto, contribuye a la mejora continua de la calidad educativa. En este sentido, permite comprobar la eficacia del docente, de los programas y materiales empleados, como así también el éxito del educando.

Consejos para formular los criterios de evaluación

En la programación del ciclo lectivo, no sólo se determinan cuáles serán los temas a desarrollar, la metodología, bibliografía, estrategias de aprendizaje, sino también cuáles serán los criterios de evaluación. Es decir, cómo se medirá la calidad de los conocimientos adquiridos por los estudiantes. No existe una fórmula que establezca cómo diseñarlos, medirlos y controlarlos

Por consiguiente, para la elaboración de los criterios de evaluación es deseable considerar las siguientes estrategias para definirlos:

  • Habilidades que se pretenden evaluar
  • Establecer los temas más trascendentes.
  • Precisión, cuantificable, verificable, objetivos, claros.
  • Contribuir a la mejora continua.
  • Desarrollar indicadores inherentes al proceso de enseñanza que se pretende medir.
  • Fáciles de comprender.
  • Conocidos por los estudiantes.
  • Su eje debe estar concentrado en los objetivos generales.

Criterios de evaluación: paso a paso

Los estudiosos del tema proponen una serie de etapas a seguir para la adecuada elaboración de los criterios de evaluación, entre los que se pueden mencionar los siguientes:

  1. Enunciación:
    Para poder escribirlos será conveniente considerar cuál sería la destreza que se pretende medir, los contenidos involucrados, funcionalidad.
  2. Detalle explicativo de cuál es el criterio con el que se determinará el grado de avance del alumno en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
    Resulta esencial la precisión en la comunicación de cuáles serán los objetivos de aprendizaje, la metodología de estudio, las habilidades a adquirir, los temas a tratar, qué se espera en cada instancia del ciclo lectivo, etc.
  3. Determinar los requisitos previos necesarios para poder incorporar las nuevas destrezas, como así también los puntajes asignados según el grado de avance:
    El criterio de evaluación debe estar acompañado de la escala de puntajes y los requisitos para obtener cada uno. Ésta se puede establecer en términos numéricos, cualitativos, etc. La selección dependerá del tipo de conocimiento que se quiere medir, la edad de los estudiantes, las destrezas objetivo, entre otros puntos. Por ejemplo: Excelente: equivalente a 100 puntos, demuestra exitosamente habilidades para la comprensión de textos o para la resolución de situaciones problemáticas. Satisfactorio: equivalente a la escala de 50-60 puntos; expone habilidades en la resolución de casos, comprensión lectora, con grados de dificultad.

En conclusión, los criterios de evaluación son una herramienta eficaz y necesaria para la medición de la calidad educativa, controlando tanto la labor de estudiantes como de docentes y directivos. Proveen de indicadores de resultados ex ante y ex post al proceso de enseñanza – aprendizaje.

Entre los primeros, se destaca la etapa de diseño de ratios con los cuales se conocerán las habilidades y destrezas adquiridas por los estudiantes, como así también el feed – back para los docentes. En este sentido, resulta de relevancia la cohesión de objetivos organizacionales, individuales y colectivos de todos los actores del sistema educativo, como así también el grado de compromiso con el proyecto educativo. Esto es así debido a la necesidad de lograr la empatía y sinergia necesarias que contribuyan a maximizar los beneficios. Éstos expresados en términos de satisfacción de los estudiantes, sus familias y la comunidad en general.

La medición de los resultados positivos trasciende el ámbito del aula e impacta en la sociedad en su conjunto a través de lo que se llama el Balance Social en el cual se expresan en términos numéricos las externalidades positivas y su impacto en todos los actores involucrados internos y externos a la institución educativa. Todo ello teniendo en consideración que el alumno y el docente no se limitan a permanecer estancos en el aula sino que se insertan en una comunidad.