Toma de decisiones en la gestión pública

¿Qué se sabe de la toma de decisiones en el sector público? Una de las acciones y procesos más delicados e importantes en el desarrollo social de un país, es el saber elegir la mejor opción entre todas las existentes. Pero, ¿cómo funciona en el estado? Esto lo sabremos a continuación.

¿Qué es la toma de decisiones?

Es un proceso de elección entre distintas opciones con el fin de hallar una resolución unitaria, consensuada y la más conveniente, teniendo en cuenta los diversos escenarios que se puedan presentar. En el caso del sector público, es fundamental que la decisión esté basada en normas legales, guiada por lo que la ley establece, pues tiene un impacto generalizado y que afecta directamente los intereses de un país, sea a corto, mediano o largo plazo.

¿Cómo funciona en el estado?

Está relacionada y conectada directamente con la constitución política. Es vertical y jerárquica, es decir, se debe accionar de acuerdo a lo que indique la ley, tal como lo señala el Texto Único de Procedimientos Administrativos (TUPA).

La toma de decisiones en el Estado está clasificada por dos niveles o jerarquías. La primera, está a cargo de la alta dirección (ministros, viceministros y directores generales), y en la segunda, intervienen gerencias y los mandos medios (jefatura, supervisores y coordinadores).

En el caso del primer nivel, toda decisión que se tome va en la línea de la política del gobierno vigente y su consejo de ministros. Ellos consideran cuál es la prioridad que tendrá cada tema o caso en particular. 

Luego de tomar las decisiones pertinentes, descienden de forma vertical a la segunda línea jerárquica, donde se plantean procesos administrativos. A este término se le conoce como burocracia, término que se ha tergiversado, pues el concepto de burocracia está relacionado a la ejecución de trámites administrativos, esenciales para evitar irregularidades. Es necesario supervisar los trámites y plantear reformas con el criterio adecuado y plantearlas de forma más simplificada en beneficio del ciudadano.

Herramientas que pueden ayudar a la toma de decisiones 

Tener al alcance toda la información necesaria. Esto puede resultar una brecha significativa entre una opción acertada y otra equivocada. Los gestores públicos deben y tienen que conocer todas las aristas de un tema, escuchar todos los puntos de vista, saber de qué recursos se dispone y basarse en los hechos, los cuales llegan a ser más reveladores que las opiniones subjetivas.

Evaluar el entorno. La evaluación del entorno permite entender cuál será el impacto de una decisión en específico. Existen varios tipos de entornos en función al impacto de la decisión, ya sea si es social, económico o político. Para comprenderlos se debe conocer a los actores y los factores involucrados. 

Plantear escenarios. Luego de haberse realizado la evaluación de cada entorno con la información necesaria, el decisor plantea diversos escenarios, uno más que complejo que el otro. Este punto es esencial, pues el decisor simula el peor de los escenarios para disminuir el impacto ante cualquier adversidad que se presente.

Tomar decisiones éticas. Uno de los elementos más importantes es la ética. Dentro de las consideraciones básicas y esenciales que debe tener el decisor están el priorizar a los ciudadanos, evaluar si la decisión está siendo coaccionada por algún factor externo o por sus propios intereses, son características que, si se cumplen, pueden asegurar una toma de decisión sostenida en el tiempo y óptima para el interés nacional.