El plan de acción en materia educativa

El plan de acción en materia educativa

¿Qué es el plan de acción?

Es un estudio detallado de las prácticas y estrategias formales que le permiten al educador la introducción de cambios. Su principal utilidad radica en la contribución para la implementación de cambios en las metodologías de enseñanza, la identificación de los desvíos y las medidas correctivas a implementar.

El diseño del plan de acción implica dar respuesta al qué se quiere lograr, cómo, cuáles son los recursos que se necesitan, cuáles son los tiempos de ejecución, cómo se evaluará cada etapa y qué cursos de acción a seguir ante los desvíos.

Los planes de acción en materia educativa transcienden al ámbito de la organización ya que tienen una incidencia importante en todos los actores involucrados. Su adecuado diseño permite a la escuela posicionarse como un prestador de servicios de alta calidad produciendo un importante impacto en la comunidad en la que se encuentra. Esto se ve reflejado en la transmisión de conocimiento que va más allá de las fronteras del aula, por ejemplo, a través de la organización de eventos, charlas, capacitación, etc. destinado a la comunidad.

Componentes de un plan de acción

Para que la utilidad del plan de acción se materialice es conveniente que se incluyan los siguientes puntos:

– Objetivos: según el horizonte de planeación podrán involucrar el corto, mediano o largo plazo, generales o particulares, siempre haciendo hincapié en el educador.

– Estrategias didácticas: son las que delinean la metodología que se aplica en el proceso de enseñanza.

– Tareas: son la forma de aplicación de las estrategias didácticas al caso en particular.

– Desafíos: comprende todas las situaciones problemáticas posibles y las alternativas viables de solución.

– Plazos: se realiza un cronograma en el que se detallan las tareas, actividades, objetivos y todo otro dato de interés para la ejecución del plan.

– Recursos: a fin de poder llevar a cabo la tarea propuesta se requiere determinar las necesidades de material bibliográfico y tecnológico. También son importantes la fuente de recursos financieros, así como también sus costos

– Evaluación: la medición de los resultados implica el diseño de los indicadores, la recolección de los datos, su procesamiento y la elaboración de los informes que correspondan para poder determinar las necesidades de cambio.

– Determinación de los responsables del proyecto, sus funciones y tareas asignadas.

– Costo total: es un indicador de elevada importancia ya que los recursos económicos son los determinantes de la factibilidad del proyecto.

Es importante considerar que el plan puede reformularse en reiteradas oportunidades antes de obtener el definitivo. Los ajustes necesarios permiten ver claramente la factibilidad de realización, la disponibilidad de los recursos, etc.

Una de las cuestiones relevantes es el análisis de costo – beneficio de aquellos programas que se considera que contribuirán en la mejora de los resultados del proceso de enseñanza – aprendizaje. En este aspecto, es necesario establecer quiénes serán los responsables de la rendición de cuentas, los procedimientos para seleccionar los proveedores, quiénes ejecutarán cada una de las etapas del plan y quiénes se ocuparán del control y auditoría de cada etapa.

La factibilidad de implementar correctamente los planes de acción depende de diversos factores tales como:

– Gestiones de los órganos del sector público para proveer de los elementos necesarios financieros, humanos y materiales.

– Eficacia de la gestión educativa para facilitar la circulación del flujo de información, preparar las formas de control y corrección de desvíos, grado de preparación para hacer frente a situaciones críticas, etc.

– Perfil de las personas intervinientes según sus características personales, capacitación, motivación, formación profesional y académica, etc.

En conclusión, la elaboración del plan de acción en la gestión educativa resulta considerablemente importante, puesto que contribuye en la mejora de la calidad educativa en todos los niveles. Además, involucra a toda la institución para que pueda ofrecer un servicio competitivo que permita al egresado alcanzar el éxito en el futuro accediendo a buenos puestos de trabajo o avanzando aún más en su capacitación, el desarrollo de actividades de investigación, etc.

Su elaboración no es un simple listado de actividades y tareas, sino que debe ser preparado en cada una de sus etapas con precisa minuciosidad, sometiéndolo a continuas revisiones y pruebas de validación. También, requiere del compromiso de todos los miembros de la organización y la cohesión de sus objetivos con el plan de la institución, necesitando para ello del ejercicio del liderazgo por quienes son los responsables de su diseño e implementación.

El éxito del plan de acción se medirá no sólo en aspectos financieros, sino también en resultados de desempeño de los estudiantes, las mejoras en el perfil del egresado contemplando la efectividad en la inserción en el mercado laboral. En todos los casos, habrá que desarrollar indicadores precisos que permitan un monitoreo continuo de la performance a fin de poder ejecutar las medidas correctivas que correspondan, en el momento oportuno.